domingo, 11 de diciembre de 2016

LA BURBUJA, LA GUITA Y LAS ELECCIONES

PARECEN BOLUDOS PERO NO LO SON
Es evidente que la forma en que se construye la opinión pública está cambiando vertiginosamente.  Las redes sociales y la conectividad que se alcanzó con los teléfonos vía whatsapp, youtube, portales de noticias, facebook, twitter, etc. están compartiendo el poder que antes era exclusivo de los medios masivos de comunicación.

Lamentablemente, esto parece estar lejos de democratizar el proceso o de promover libertades.  Cambia la forma de comunicarse, pero no cambia la esencia.  La GUITA sigue mandando.  Quien paga más, llega a más gente... y además el proceso de manejo de la opinión pública es más efectivo porque permite elegir el tipo de público al que harán llegar los mensajes pagados (edad, género, lugar de residencia, gustos personales, opiniones políticas, pertenencia religiosa, etc). 

La tecnología multiplica el alcance de los mensajes. Cuando el dinero no interviene, la tendencia es que cada uno acceda a contenidos que refuerzan las opiniones que ya tiene.  Por ej. los k recibiremos y compartiremos con nuestros amigos afines mensajes que en general estén contra el gobierno, y los anti k nadarán en contenido contra el anterior gobierno y lo compartirán también con su gente.  Es decir que se crea una BURBUJA de opinión y recontra-convencimiento de las propias posturas, donde la que pierde es la verdad, porque ya no importa chequear la veracidad de los mensajes, en tanto refuercen nuestras opiniones.  O sea, nos tragamos cualquier cuento, en un ejercicio de onanismo mental. Así funciona hoy, y nos pasa a casi todos. Ojalá aprendamos rápido a surfear en esta nueva realidad con menos permeabilidad a los engaños.

Ahora bien, la única forma de romper esa BURBUJA de opinión es poniendo GUITA.  Pagando, se puede multiplicar el alcance de tal o cual mensaje (contra o a favor de determinada persona, fuerza política o asunto) y elegir hacérselo llegar al número de personas que uno quiera, y a quienes por sus características personales sean más permeables al mismo, sin importar si el mensaje es cierto o no, porque siempre habrá quien se lo crea.  O sea, rompe la burbuja el que paga, y llega más lejos, con mayores posibilidades de persuasión.  


¿Qué tiene que ver esto con las ELECCIONES?  Mucho.  Esto lo vio claramente Cambiemos en todo el país, mientras nosotros dormíamos la siesta, y por eso ganaron las elecciones en tantos lados, logrando que  muchos aplaudan a quien se sabía sería su verdugo (ver concepto de posverdad https://es.wikipedia.org/wiki/Posverdad ).  Parece que seguimos sin verlo, y ellos lo siguen usando.  Mientras nos enojamos con Majul, Fantino, Del Moro, Leuco, Castro y Lanata, o genéricamente contra Clarín, que militan para Cambiemos abiertamente, el gobierno se maneja como pez en el agua poniendo fortunas en las redes sociales, y así sostienen una imagen increíblemente alta del gobierno, que no se condice con el enorme y evidente daño al bienestar general que hicieron este año.

Cambiemos tiene la plata del estado y la de las corporaciones para llevar adelante esta estrategia en cada discusión pública (ganancias, pesada herencia, inseguridad, ley anti despidos, dolar futuro, Milagro Sala, corrupción como exclusividad del kirchnerismo, etc.), y tiende a imponer su postura en la mayoría de los votantes.  Con esto podría ganar las elecciones, aún con todos los indicadores económicos y sociales en contra (inflación, empleo, pobreza, consumo, actividad industrial, construcción, etc.) Ante cada discusión importante, descarga una fortuna en redes sociales para persuadir a las mayorías, y hasta ahora lo está logrando.  La oposición hasta ahora es impotente, toda, juega de testigo, el único límite que se vislumbra puede ser la cruda realidad, porque pueden convencer a todo el mundo de cualquier cosa, menos de comprar sin plata... y eso sí los puede complicar en las elecciones.

Que se yo.


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