Que lindo cuando se concretan los sueños. Finalmente ayer, con la presencia de altos funcionarios de los actuales gobiernos, se cortó la cinta de la flamante fábrica de jugos de Villa del Rosario.
La noticia es muy positiva, porque constituye una muy linda esperanza para el desarrollo económico de la región, agregando valor a la producción, y además porque es un objetivo cumplido luego de un camino muy largo, plagado de dificultades, lleno de obstáculos, donde se ha invertido mucho tiempo y esfuerzo. Además, nunca, en toda la historia, un gobierno había hecho una inversión productiva tan grande en Villa del Rosario.
Para ser un poco más justos que los funcionarios que hablaron, la decisión política de invertir decenas de millones de pesos en la fábrica de Villa del Rosario, fue de la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex Gobernador Sergio Urribarri, con mucho trabajo de gestión por parte del ex Ministro Shunk, los ex intendentes de Villa, Candarle y Cracco, y otra cantidad de personas anónimas.
Se perdieron los funcionarios de Cambiemos, en especial el Ministro Frigerio, una oportunidad de demostrar grandeza y hombría de bien, o simplemente demostrar que son distintos de lo que criticaban, reconociendo el trabajo y decisiones de quienes hicieron posible esto. Pero bueno, es solo una anécdota, una pequeñez, al lado de la enormidad que significa tener este sueño cumplido para la citricultura regional.
Lo que no es una pequeñez, es que faltó saber qué va a hacer el gobierno nacional para que deje de entrar citrus importado a competir en condiciones desiguales contra la producción principal de nuestra región, siendo la actividad que más empleo genera en toda la zona. Y esto no es una anécdota. Parasitar un logro de la anterior gestión vaya y pase, pero hablarle a nuestros citricultores como si tuvieran los beneficios que tienen los sojeros, en lugar de traer soluciones para el sector, ya pasa a ser preocupante.
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