lunes, 31 de enero de 2011

COMO TARZÁN: EN PELOTAS Y A LOS GRITOS

Leyendo algo de Gramsci caí en la cuenta (o simplemente supongo) de que el comunismo se ha vendido muy mal.  Puede ser la propaganda anticomunista, los procesos políticos autodenominados comunistas o una combinación de ambos, los que generaron un imaginario equivocado a nivel mundial sobre el concepto.  Y esto parece haber sucedido pese a las toneladas de bibliografía que explican el comunismo correctamente.

Si el proletariado es la masa trabajadora, y por lo tanto es mayoría, entonces "la dictadura del proletariado" no es otra cosa que democracia. 

No conozco con la profundidad suficiente los procesos autodenominados comunistas que se desarrollaron en la historia mundial como los casos de China, Rusia, Cuba, etc.  Pero a priori dan la sensación que no se trató de comunismo en sentido estricto, porque de acuerdo al marxismo, el comunismo es la dictadura de proletariado y no la dictadura de un militar, de un burgués o de un profesional, ni si quiera de UN proletario.  Si esto es cierto, no sabemos si el comunismo fracasó, porque sencillamente hasta el momento no se ha bría practicado.  Por mentas, supongo que lo más cercano al comunismo ha funcionado perfectamente en países como Dinamarca, donde existen gobiernos democráticos pero la propiedad privada no tiene la sacralidad que tiene países puramente capitalistas.
En rigor, tal como se adelanta en el  título, vengo con más dudas que certezas.  Me siento como tarzán: en pelotas y a los gritos.  Si alguien tiene más claro el asunto, con mayor rigor en los datos, serán bienvenidas las aclaraciones, recomendaciones de bibliografía, refutaciones y demás, etc.  Todo lo expuesto está en revisión.

viernes, 28 de enero de 2011

Por qué no pienso votar a la UCR

No soy peronista.  Puede ser una genealogía con amplio predominio gorila la que me obliga a aclararlo bastante seguido.  De todos modos, el título de la nota amerita decirlo. 

Me siento de izquierda, aunque me  pudre un poco la idea de la izquierda boba.  Me molesta que cuando uno piense en la izquierda, inmediatamente sea asociada a gente intolerante, sectaria, destructores antes que constructores, portadores de una “revelación” que debe ser impuesta al resto. 

La izquierda no incluye necesariamente el mesianismo.  Nos podemos cagar en el capitalismo porque es una fábrica de pobres, y a la vez creer que los pueblos son los únicos que pueden decidir sus destinos, errados o ciertos.
   
Ser de izquierda no implica ser un energúmeno.  Se puede además creer en la utopía de la democracia plena.   Ser de izquierda no significa que a uno le de lo mismo que gobierne cualquiera, porque se paga carísimo con vidas inocentes, con chicos sufriendo y con vulneración de derechos de todo tipo.  Si la alternativa a Cristina es Macri, hay que ser bastante gil para pararse, por ej., al lado de Pino Solanas (aunque lo hice antes).

Me dirán cerdo burgués reformista, pero la idea de la revolución comunista no parece haber funcionado.  O sea, mientras vemos cómo superar el capitalismo salvaje, alguien tiene que gobernar...  y es mejor que apunte a la justicia social.  Entonces habrá que ir pensando qué va a hacer uno en las próximas elecciones.  Inclusive cuáles son las causas que vale la pena militar y cuáles no.

En este caso, por ser los que están en el tapete, tomemos el radicalismo.  En palabras de sus propios militantes (al menos de los que me tocó conocer), la UCR se distingue del PJ esencialmente en su democracia interna.  Según los radicales, ellos se ajustan a sus reglas internas y las respetan a rajatabla, mientras que el PJ obedece órdenes irrestrictas de un jefe, más veces por oportunismo que por convencimiento.   Si esto fuera cierto, -y puede serlo, aunque con matices-, el radicalismo sería una cosa más o menos parecida a lo largo del tiempo, mientras que el justicialismo adoptaría la forma y pensamiento de su líder de turno.  Pavada de diferencia a la hora de elegir.  Y algo de eso hay.  El peronismo históricamente ha sido más pragmático que ideológico y jamás se caracterizó por su democracia interna.  De ahí el popular axioma peronista, según el cual "el que gana conduce y el que pierde acompaña".  Por otra parte, la UCR siempre se ha mostrado más reglamentarista, más de remar en dulce de leche, con mayor discusión interna, muchas veces enredada en la burocracia, poco expeditiva, conservadora.  Así se sienten mejores que el resto, aunque eso no les permita gobernar y las consecuencias sean terribles para la población que los eligió.


jueves, 20 de enero de 2011

PERSONALISMO

TERMINEMOS CON EL  PERSONALISMO KIRCHNERISTA!!  Votemos al hijo de Alfonsín porque su papá no robaba.  Sino votemos al emperador de San Luis o a algún caudillo del peronismo de derecha.   Sino votemos el partido de Carrió, o el partido de Macri, o el partido de Stolbizer, o el partido de Luis Juez, o el partido de Pino Solanas...  que se yo.

lunes, 17 de enero de 2011

VIENTO DE COLA... JE

Hay que decir algunas cosas antipáticas.  No vivimos en Suiza, eso está claro.  Hay niveles de pobreza inadmisibles.  Hay serios problemas de vivienda. Persisten niveles de injusticia social que necesitamos sí o sí bajar. El delito sigue siendo un problema serio.  El poder de las corporaciones sigue siendo demasiado alto.  La distribución del ingreso dista mucho de ser satisfactoria y la inflación carcome los ingresos de una enorme parte de la población.   También la muni tiene problemas no resueltos.  Si no decimos esto,  parece que somos unos idiotas que estamos fuera de la realidad.  No vivimos en un termo, ni estamos para justificar lo injustificable.  Tampoco creemos que el gobierno sea perfecto.

No obstante, reconocer la realidad es una cosa, y otra muy distinta es sumarse al coro de vendedores de espejitos de colores.  Es decir, a los mentirosos o a los ingenuos que se presentan como capaces de manejar la Argentina con más justicia social, pero demostraron no saber manejar ni si quiera sus propios partidos o alianzas.  Quienes se venden como artífices de los consensos y el bienestar general, no supieron hacer funcionar el congreso como corresponde, aún teniendo mayoría.  Ni hablar en Chajarí, que se llevaron puesta la municipalidad y la ciudad completa, dejándola en ruinas y endeudada.

EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL GARANTIZA LA POBREZA

La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley. La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada. Sólo el Congreso impone las contribuciones que se expresan en el art. 4°. Ningún servicio personal es exigible, sino en virtud de ley o de sentencia fundada en ley. Todo autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término que le acuerde la ley. La confiscación de bienes queda borrada para siempre del Código Penal Argentino. Ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones, ni exigir auxilios de ninguna especie.

Artículo 17° de la Constitución Nacional


Vivimos en el capitalismo. Es el sistema elegido legítimamente por las mayorías en nuestro país.  No se pone aquí en cuestión eso, mucho menos ahora cuando la quimera comunista fue pulverizada.  De todos modos, cuando vemos las dificultades en nuestro país y el mundo para hacer retroceder la pobreza, debemos preguntarnos algunas cosas.

Ni si quiera los economistas más liberales niegan que el capitalismo tiende naturalmente a la concentración de la riqueza en pocas manos.  Quien pone el capital para producir bienes o brindar servicios se lleva las mayores ganancias y encima manda.  Con esa ganancia tiene mayor capital y por lo tanto fortalece su posición para seguir acumulando.  Obvio, si le va bien.  Exagerando la síntesis, así funciona.  Por ese motivo, quienes tienen una posición más fuerte, es decir, más capital, tienen mayores posibilidades de seguir aumentándolo y se les hace mucho más fácil seguir ganando.  Así las riquezas disponibles en una sociedad se van concentrando en pocas manos.  Especialmente porque cuando se producen nuevas riquezas, la gran mayoría va a parar directamente al dueño del capital invertido para producirlas.  Los trabajadores que no son dueños de la empresa y en realidad son los que generan esa riqueza, quedan con una ínfima parte de las ganancias.  El sistema económico capitalista va dejando así progresivamente muchas personas con menos bienes y pocas personas con grandes riquezas.  Existen miles de factores más que intervienen, como la renta, el crédito, el conocimiento, etc. pero la columna vertebral del sistema es ésta.  En este marco, su piedra angular es la propiedad privada.