lunes, 17 de enero de 2011

VIENTO DE COLA... JE

Hay que decir algunas cosas antipáticas.  No vivimos en Suiza, eso está claro.  Hay niveles de pobreza inadmisibles.  Hay serios problemas de vivienda. Persisten niveles de injusticia social que necesitamos sí o sí bajar. El delito sigue siendo un problema serio.  El poder de las corporaciones sigue siendo demasiado alto.  La distribución del ingreso dista mucho de ser satisfactoria y la inflación carcome los ingresos de una enorme parte de la población.   También la muni tiene problemas no resueltos.  Si no decimos esto,  parece que somos unos idiotas que estamos fuera de la realidad.  No vivimos en un termo, ni estamos para justificar lo injustificable.  Tampoco creemos que el gobierno sea perfecto.

No obstante, reconocer la realidad es una cosa, y otra muy distinta es sumarse al coro de vendedores de espejitos de colores.  Es decir, a los mentirosos o a los ingenuos que se presentan como capaces de manejar la Argentina con más justicia social, pero demostraron no saber manejar ni si quiera sus propios partidos o alianzas.  Quienes se venden como artífices de los consensos y el bienestar general, no supieron hacer funcionar el congreso como corresponde, aún teniendo mayoría.  Ni hablar en Chajarí, que se llevaron puesta la municipalidad y la ciudad completa, dejándola en ruinas y endeudada.


Tampoco se puede perder de vista la situación de destrucción total que vivimos hace apenas una década en la ciudad, la provincia y el país, antes que Néstor Kirchner asumiera con más desempleo que votos.  Corralito, sueldos que se pagaban en papelitos de poco valor, millones sin protección social, salud y educación pública devastadas, hasta las manos de deudas, default, sin reservas en el Banco Central, sin política de viviendas, conflicto social diario, empresas que se fundían de a puñados, obra pública paralizada, desinversión en energía y caminos, empresas privatizadas haciendo lo que querían, negocio privado con las jubilaciones, industria y campo ahogados, salarios congelados, flexibilización laboral, relaciones carnales, obsecuencia con el FMI, ajuste, aeropuertos llenos de jóvenes emigrantes, científicos argentinos trabajando para otros países, suicidios, represión de la legítima protesta social con muertos inocentes, carpa blanca, hambre, saqueos, caos, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera.   Solamente un irresponsable, un mentiroso o un ignorante puede decir que 7 años de gobierno creciendo son suficientes para resolver todos nuestros problemas en democracia y respetando la sacrosanta propiedad privada.

Hoy el país crece, se baten records de cantidad de turistas, venta de automóviles y motos, ventas en comercios, el mercado de la construcción no da abasto, los supermercados están abarrotados de gente, el campo se desarrolla cada vez más, la siembra y cosechas crecen exponencialmente, los precios de los pasajes están en las nubes y aún así los colectivos salen llenos, etc.  Esto hace que Cristina mejore su imagen sostenidamente y cada día haya más gente dispuesta a votarla.  Por eso la oposición necesita desesperadamente despegar de cualquier manera al gobierno del crecimiento general de la Argentina.  Y encontraron una manera bastante efectiva de hacerlo: la “picardía” consiste en adjudicar los aciertos gubernamentales al famoso “viento de cola”.  Según esta postura, al país le va bien porque existe una situación internacional extraordinaria para la Argentina, que este gobierno está “desaprovechando”. 
 
Algo similar pasó con la gestión del intendente García en Chajarí.  Hubo un evidente salto de calidad en la gestión y también de la cantidad y dinámica de trabajo, entonces la crítica era “bueno, pero tiene plata”.  Como si la cosechara de los árboles de la Plaza Urquiza.  Como si nunca hubiese habido plata en la nación o la provincia.  Como si nunca hubiésemos visto cómo se llevaban todo lo que había nuestras ciudades vecinas, ante la inacción de los gobernantes locales.  Como si el intendente no hubiera hecho millares de kilómetros para conseguir la plata para mejorar la ciudad.  Días enteros sin bajar el culo del auto para conseguir una transformación que a esta altura ya nadie puede negar. Con todas las críticas que podamos hacerle todos, hoy Chajarí es una ciudad muchísimo mejor que antes, el estado funciona mejor, se ocupa de más cosas, cubre más necesidades y la ciudad es más justa.  Tenemos que darle a esto el valor que tiene, o sea, lo que significa en términos históricos, comparando con "hechos" pasados, no con palabrerío actual.

Es notable cómo se adoptan frases inventadas por algún líder de opinión y se las repite miles de veces, sin reflexionar sobre su veracidad, convirtiéndolas a fuerza de repetición en sentencias incuestionables.  Zonceras en el sentido jauretcheano del término. 

Esto del “viento de cola”  una de las pocas cosas bien pensadas por la oposición política y los medios opositores, porque sirve para desmerecer el trabajo diario de cada funcionario de gobierno para lograr estos avances que están a la vista.  A quienes no quieren ver lo evidente, (es decir, que para el lado que uno mira hay prosperidad y crecimiento), les dan la excusa ideal para despotricar contra el gobierno.  También les sirve a todos los genios que pronostican desastres desde hace años, para explicar las boludeces que hablan, para encontrar una razón de haberle pifiado tan fulero siempre.  Eso sí, siempre “enseñan” con cara de circunstancia, gesticulando la seriedad que no tuvieron sus pronósticos. 

Si uno mira televisión opositora, este país se está por ir a la mierda hace 7 años, pero no hace otra cosa que crecer, contra todas las predicciones de los sabihondos.  Mirando tele, uno tiene la sensación de que todo está mal: no hay billetes suficientes, hay salideras bancarias, toman predios por falta de viviendas, la pobreza crece, se corta la luz, no hay combustible, el tránsito es un caos, la inflación nos come, etc.  Pero cuando salimos a la calle y miramos la realidad, aún con los problemas citados al principio de la nota, la situación es opuesta.  O sea, vamos al super y siempre está lleno de gente comprando, a los comerciantes les va cada vez mejor, hay construcciones privadas por todos lados y otro tanto de obra pública, casi no quedan locales vacíos para poner negocios en la ciudad, se venden en Chajarí 100 motos por mes, hay camionetas nuevas carísimas por todos lados, no hay lugar para estacionar de la cantidad de vehículos que tenemos, ya no es tan fácil como antes conseguir empleados para explotar porque hay más trabajo, en navidad se vendió una barbaridad, nunca antes se fue tanta gente de vacaciones, etc.  Todo eso con precios altos y siempre aumentando.    

No nos engañemos, no caigamos en una trampa tan pelotuda, la plata no crece en los árboles.  Lo hemos visto siempre, con todos los gobiernos anteriores.  Puede haber un contexto internacional favorable, pero el valor de un gobierno consiste en enfrentarse a los poderosos que no quieren compartir la torta para hacer que ese beneficio pueda ser aprovechado por la mayoría del pueblo.  En ese camino estamos y perdonen los trolls, pero es tan evidente...

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