lunes, 15 de abril de 2013

EL ACUSA, TU ODIAS, NOSOTROS APOYAMOS, VOSOTROS VOTAIS, ELLOS OPERAN.

Hay acusaciones.  Siempre las hubo, siempre las habrá.  También condenas públicas.  Hay, también, odio.  Odio irracional, odio visceral, odio sin discriminaciones. Odio que se combate con amor, no con más odio.  A veces el odio contra los protagonistas pega en el que apoya con buena leche, equivocado o no.  

A medida que se acerquen las elecciones, se vendrá, cada vez más fuerte, una andanada de acusaciones, se viene una ataque feroz, que va a romper todo lo que tenga que romper, con tal de que Cristina no siga gobernando.  Es así.  Lo sabíamos desde aquel triunfo histórico. Y esos ataques muchas veces prenden en bastante gente.  El origen de esos deseos de muerte con pancartas y cacerolas está ahí, en la acusación.  Clarín contrató a Lanata, su propio acusador del gravísimo caso de Papel Prensa, solamente para eso, para que acuse, para que de grande golpes de efecto y eso se traduzca en bronca social.  Algunos caen, otros no. El que cae, cae fuerte, entra con pata y todo, hace fuck you con su mano y odia.  Odia al funcionario y odia al militante.  Odia al que se enriquece y odia al pibe que colabora en una inundación, solamente porque lleva una remera de su agrupación.

Por eso es importante aclarar, y me animo a hablar por casi todos, que no apoyamos el gobierno por Lázaro Baez, ni por Jaime, ni por las sospechas devenidas en condenas públicas.  Si son delincuentes, por mí, por nosotros, que revienten mil veces.  Apoyamos el gobierno por los resultados que nadie puede negar, por los miles y miles de nuevos incluidos, por sacarnos de encima el cáncer del FMI, por la recuperación del empleo, por darnos una Suprema Corte de Justicia digna, por la justicia frente a los crímenes de la dictadura, por la recuperación de YPF, por recuperar el dinero de los jubilados que se robaban las AFJP, por dar la batalla contra la peor inmundicia enquistada en los medios de comunicación, por las obras de infraestructura, la repatriación de cerebros, la inclusión educativa, el reparto de netbooks para estudiantes, por la AUH, por los CIC, por la movilidad jubilatoria, por el matrimonio igualitario, por jubilar a esos miles y miles de trabajadores que no tenían aportes porque fueron explotados, por el trabajo para impulsar la industria nacional y por muchas otras cosas que han beneficiado concretamente a todos los compatriotas.  A los que quieren a Cristina y a los que no.  A todos.

Así que no jodan con la corrupción, nadie apoya eso, solamente nos limitamos a esperar que condenen judicialmente a un tipo antes de crucificarlo.  La garantía constitucional del derecho a defensa y juicio justo. Nada más.  Si no les gusta la justicia, bueno ahora está la oportunidad de reformar su funcionamiento.  

Los casos de corrupción no son materia política, como nos quieren hacer creer, son materia policial y judicial, en un sistema republicano.  Los chorros son chorros y tienen que ir en cana, qué duda cabe de eso.   La política es otra cosa.  La política es pensar cómo resolvemos los problemas que son de todos.  Porque acusar (e inclusive apresar), no resuelve el aumento de precios, ni resuelve el problema energético, ni resuelve la cuestión de la vivienda, ni el trabajo en negro, ni la explotación.  Lanata no le va a resolver un puto problema a nadie.  Los va a resolver el compromiso que tengamos con la comunidad... y la política. Caracho.


4 comentarios:

  1. Diego dejate de joder!! queres separar los casos de corrupción de la política????????, a este blog lo leemos pocos pero tampoco somos pelotudos. Te estas transformando en un sofista de cabotaje....

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Agradezco sinceramente la lectura del blog. Quiero aclarar que no quiero separar nada. Solamente pienso que los casos de corrupción son un tema de la justicia. No hay debate al respecto, está mal y el corrupto tiene que ir preso. No admite demasiada discusión el asunto. Me parece que siempre es preferible pensar y discutir entre todos cómo resolvemos los problemas que son de todos, antes que disfrazarnos de jueces y fiscales para condenar sin haber leído el expediente, ni tener el más mínimo elemento, o lo que es peor, elementos aportados por quienes tienen intereses inconfesables que defender.

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